¿Quién no debería tomar probióticos?
Los probióticos han ganado una popularidad significativa en los últimos años, siendo promocionados por sus posibles beneficios para promover la salud intestinal, fortalecer el sistema inmunológico e incluso mejorar el bienestar mental. Estos microorganismos vivos, a menudo llamados “bacterias buenas”, se encuentran en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y en suplementos dietéticos. Aunque los probióticos generalmente se consideran seguros para la mayoría de las personas, no son adecuados para todos. Ciertos individuos deben tener precaución o evitar los probióticos por completo debido a posibles riesgos para la salud. Este artículo explora quién no debería tomar probióticos y por qué.
- Pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos
Las personas con sistemas inmunológicos debilitados tienen un mayor riesgo de sufrir efectos adversos por los probióticos. Este grupo incluye:
- Pacientes con cáncer que reciben quimioterapia o radioterapia: Estos tratamientos pueden suprimir el sistema inmunológico, haciendo que el cuerpo sea más vulnerable a infecciones.
- Receptores de trasplantes de órganos: Los pacientes que han recibido un trasplante de órgano suelen tomar medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones relacionadas con los probióticos.
- Pacientes con VIH/SIDA: El VIH debilita el sistema inmunológico, dificultando que el cuerpo combata infecciones, incluidas aquellas que podrían surgir por el uso de probióticos.
- Pacientes con enfermedades autoinmunes: Condiciones como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple pueden implicar una disfunción del sistema inmunológico, y los probióticos podrían potencialmente exacerbar los síntomas o causar infecciones.
En estos casos, la introducción de bacterias vivas en el cuerpo podría provocar infecciones o problemas sistémicos, ya que el sistema inmunológico podría no ser capaz de regular los probióticos de manera efectiva.
- Pacientes críticamente enfermos u hospitalizados
Los pacientes hospitalizados, especialmente aquellos en unidades de cuidados intensivos (UCI), suelen estar en un estado de salud frágil. Para estas personas, los probióticos podrían representar riesgos como:
- Translación bacteriana: Los probióticos podrían cruzar la barrera intestinal y entrar en el torrente sanguíneo, lo que podría provocar sepsis u otras infecciones graves.
- Interferencia con tratamientos médicos: Los probióticos podrían interactuar con medicamentos o tratamientos, complicando la recuperación.
Los estudios han mostrado resultados mixtos en cuanto a la seguridad de los probióticos en pacientes críticamente enfermos, con algunos casos reportando resultados adversos. Por lo tanto, generalmente se recomienda que estas personas eviten los probióticos.
- Personas con sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO)
El SIBO es una condición caracterizada por un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. Los síntomas incluyen hinchazón, gases, diarrea y dolor abdominal. Para las personas con SIBO, tomar probióticos podría empeorar los síntomas al introducir bacterias adicionales en un ambiente ya sobrepoblado. - Personas con alergias o sensibilidades a los ingredientes de los probióticos
Los suplementos probióticos a menudo contienen ingredientes adicionales, como lácteos, soja o gluten, que pueden desencadenar reacciones alérgicas en personas sensibles. Además, algunas personas pueden experimentar efectos secundarios como hinchazón, gases o diarrea al tomar probióticos, incluso si no tienen una alergia específica. Es esencial leer las etiquetas cuidadosamente si se tienen alergias o sensibilidades conocidas. - Bebés y niños pequeños
Aunque los probióticos a veces se recomiendan para niños para tratar problemas como el cólico o la diarrea, solo deben administrarse bajo la guía de un pediatra. Los bebés, especialmente los prematuros o aquellos con condiciones de salud subyacentes, podrían estar en riesgo de infecciones por el uso de probióticos. El sistema inmunológico en desarrollo de los niños pequeños podría no manejar los probióticos tan efectivamente como el de los adultos, por lo que se requiere precaución. - Pacientes con catéteres venosos centrales u otros dispositivos médicos
Las personas con catéteres venosos centrales u otros dispositivos médicos implantados tienen un mayor riesgo de infecciones. Los probióticos podrían introducir bacterias en el torrente sanguíneo, lo que podría provocar complicaciones graves como la sepsis. Si tienes tales dispositivos, consulta a tu médico antes de tomar probióticos. - Pacientes que toman ciertos medicamentos
Los probióticos pueden interactuar con ciertos medicamentos, reduciendo su efectividad o causando efectos secundarios no deseados. Por ejemplo:
- Inmunosupresores: Como se mencionó anteriormente, estos medicamentos pueden aumentar el riesgo de infecciones por probióticos.
- Antibióticos: Aunque los probióticos a menudo se toman para contrarrestar los efectos de los antibióticos en la flora intestinal, deben tomarse al menos dos horas separados para evitar interferencias.
- Medicamentos antifúngicos: Los probióticos podrían reducir la efectividad de los tratamientos antifúngicos.
- Pacientes con pancreatitis
Algunos estudios han sugerido que los probióticos podrían aumentar el riesgo de complicaciones en personas con pancreatitis grave, una condición caracterizada por la inflamación del páncreas. En casos raros, el uso de probióticos se ha relacionado con isquemia intestinal (flujo sanguíneo reducido a los intestinos) en pacientes con pancreatitis. Por lo tanto, los pacientes con pancreatitis deben evitar los probióticos a menos que su médico lo recomiende específicamente. - Personas con intolerancia a la histamina
Ciertas cepas de probióticos, como Lactobacillus casei y Lactobacillus reuteri, pueden producir histamina en el intestino. Para las personas con intolerancia a la histamina, esto puede provocar síntomas como dolores de cabeza, enrojecimiento, congestión nasal o problemas digestivos. Si tienes intolerancia a la histamina, opta por cepas de probióticos bajas en histamina o evítalos por completo. - Pacientes que se someterán a una cirugía
Si tienes una cirugía programada, es recomendable dejar de tomar probióticos al menos dos semanas antes. Los probióticos podrían aumentar el riesgo de infecciones durante o después de la cirugía, ya que la respuesta inmunológica del cuerpo podría estar comprometida.
Conclusión
Aunque los probióticos ofrecen numerosos beneficios potenciales para la salud, no son una solución universal. Ciertas personas, incluidas aquellas con sistemas inmunológicos comprometidos, enfermedades críticas o condiciones médicas específicas, deben evitar los probióticos o usarlos solo bajo supervisión médica. Siempre consulta a tu médico antes de comenzar cualquier nuevo suplemento, especialmente si perteneces a alguna de las categorías de alto riesgo mencionadas anteriormente. Al adoptar un enfoque cauteloso e informado, puedes asegurarte de que tu salud y bienestar sean priorizados.